jueves, 2 de mayo de 2013

Retrato de una Obsesión (Fur: An Imaginary Portrait of Diane Arbus, 2006), de Steven Shainberg


El proyecto casi suicida de hacer una biografía sin ser una biografía. 
Y no de una artista cualquiera, sino de Diane Arbus, la famosa retratista de enanos, siameses, gigantes y marginados sociales; una visión del mundo en el cual lo turbador era la norma. 
Afortunadamente, la suma de otra visión diferente, la del director Steven Shainberg, impide que esto sea otra película de "ascensión y caída" y en su lugar, podamos realmente apreciar quién era Diane Arbus.

Empieza como cualquier otra historia, Diane, una bastante sobresaliente Kidman, sin saber qué hacer para conciliar su vida y sus excentricidades, viviendo la versión práctica de su pasión como ayudante de su marido. 

Su vida no se diferencia demasiado de la de un ama de casa de los años 50, con incapacidad para salir de la sombra de su familia y un asomo de angustia cada vez que se pone a reconsiderar su vida en serio. 

Tiene que llegar otra persona a su rígido bloque de pisos, oculta tras una máscara, para que en ella finalmente despierte la cualidad que nos hace únicos: la curiosidad.
A la hora de entrar en el piso de ese intrigante inquilino, parece que entramos en el país de las maravillas que ya descubrió Alicia. 
Subir escaleras empinadas y retorcidas. Una explosión de color invade la rigidez inicial. Diane es invitada a la mesa del té. Una puerta pequeña es el paso para recuerdos de cuando la vida podía ser rebelde y transgresora. Hasta el conejo la está esperando, y Diane hace casual ponerse un vestido azul. 

Allí es donde descubre a Lionel, una moderna bestia que hace tiempo renegó de ojos que no podían comprender. Un grandísimo Robert Downey Jr. oficia el difícil desafío de ser aquella parte de la conciencia de la protagonista que los demás no podrán aceptar, un caballero refinado de aspecto y conversación indignos para la época.

Poco a poco este curioso ser va colándose en su vida y conociendo al círculo más íntimo de Diane, a la vez que le muestra a ella esos aspectos de la vida que desconocía entre la marginación y la soledad. Los dos mundos van tendiendo puentes entre ellos y tratando de dialogar en común, pero la división seguirá siendo insalvable. 

Será cuando la protagonista tendrá que decidir entre la vida que llevaba hasta el momento con su familia o la difícil situación de dar voz y belleza a quienes lo necesitan. 
En poco tiempo, nos muestran la esencia de la persona real: trataba de descubrir el secreto de las personas a las que fotografiaba de frente. Un secreto que la mayoría de gente no podía ver atendiendo a convenciones sociales o estúpidos prejuicios.
Diane Arbus eligió mezclarse con su pasión antes que dejarla abandonada en su interior toda una vida. 
Ella fue la Alicia que decidió quedarse en la madriguera del conejo.

Nota: 7 / 10

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