lunes, 24 de marzo de 2014

Viaje al Centro de la Tierra 2: La Isla Misteriosa (2012), de Brad Peyton


The Rock y Michael Caine. 
Solo la conjunción de estos dos grandes hombres en una película debería bastar para despejarnos ese levantamiento de ceja.
'Viaje al Centro de la Tierra 2: La Isla Misteriosa' es muchas cosas, pero sabe perfectamente lo que no es: algo que tomarse siquiera relativamente en serio. 
Por eso tenemos a Stevenson, Verne y Swift al servicio del más puro entretenimiento. Por eso las leyes de la física y termodinámica se suspenden. Por eso los personajes son buenos-buenos y en ningún momento tienen ningún atisbo de ambigüedad moral. 
Porque esto no es un tratado de literatura, es un patio de recreo.


¿Es quizás menos válido por eso? 
Para nada, porque en ningún momento nos estamos tomando esto en serio, no estamos amenazando a ninguna mente legendaria de la literatura, tan solo usando sus juguetes de la mejor manera posible. 
The Rock tan pronto hace rebotar bayas en sus pectorales como se arranca cantando una de las mejores versiones que se hayan hecho nunca de 'What a Wonderful World'. Que suerte contar con este tipo para protagonizar esto.
No solo por él, que te levanta cualquier cosa con su carisma, sino también con su relación con Michael Caine, plagada de pullitas sangrantes más gratuitas imposible. 
Porque todos sabemos que cuando hay dos gallos en el corral las chispas saltan. Caine está no solo pasándoselo bien, sino a su aire completamente: cualquiera diría que ha querido interpretar a Indiana Jones y aquí ha sido donde le han dejado hacerlo.


Entre medias, prepúberes adolescentes (no culpo a Josh Hutcherson, pocas veces he visto a Vanessa Hudgens tan... tan querida por la cámara), bichos gigantescos y enormes secuencias de acción en dura pugna por ser cada vez más chifladas. Nunca una persecución con abejas sonó mejor que cuando Michael Caine se deja llevar por la locura. 
Les sobra tiempo para meter el Nautilus del Capitán Nemo, la Atlántida y homenajes a la ciencia ficción de los 70. Para darnos envidia de lo bien que se lo pasaron haciendo esto, solo hace falta ver la secuencia infográfica de un desfiladero formando una calavera: glorioso choteo digital.
Al final, aparece Michael Caine con un cosplay de The Village People pidiendo un aplauso. 
No se puede más que dárselo, hombre.


Me dejó con la duda del cuándo. 
Cuándo dejamos de admirar películas infantiles con un sentido de la maravilla tan ingenuo como esta.
P.D: Próxima parada 'De la Tierra a la Luna'. 
Ya estoy viendo a The Rock en traje de astronauta.

Nota: 8 / 10

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