sábado, 13 de abril de 2013

To the Wonder (2012), de Terrence Malick


Sorprende.

Terrence Malick ha dejado de creer en la Humanidad, en nuestra capacidad de redención y perdón. En lugar de eso, se mueve alrededor de nosotros y filma. Solo filma.


El resultado es la película más dura de su filmografía, una historia donde ya no son las circunstancias las que nos alejan del ser querido, solo somos nosotros.


Comienza con un viaje hacia lo maravilloso, una pareja que se ama, Neil y Marina, un encuentro fortuito entre dos personas que no se veían capaces de volver a amar. El Monte Saint Michel magníficamente retratado se convierte en el guardián de su secreto, el recuerdo de un viaje idílico donde el uno no dejaba de buscar el aliento y la mirada del otro.
El lazo compartido se hace más fuerte, cura viejas heridas, y Marina viaja a la Oklahoma natal de Neil. Pese a que ella lo intenta, el sueño muere. Vidas sacadas de su entorno que no pueden adaptarse, la ayuda nunca está cerca, y la tensión se hace demasiado insoportable. Acaban los meses de enamoramiento prestado, comienzan las responsabilidades y se dan cuenta de que tienen miedo de llevarlas a cabo.

Entonces, los reproches. Por qué me has vuelto a hacer daño, como los anteriores, cuando yo confié en ti y te di mis momentos sin pedirlos de vuelta. Por qué me ignoras, cuando sabes que te necesito y escondo mi pena tras una máscara de sonrisas. Por qué has vuelto a dejarme sola en el mundo, retraída entre la perdida gente.


Neil pierde el interés sin poder evitarlo, mientras la hija de Marina dice en alto las palabras que nadie quiere decir ni oír. Rememorando su vida mejor en París mientras el amor riñe moribundo al otro lado de la pared.

Otra mujer aparece, simplemente aparece, en medio del dolor, y se convierte en la expiación de sus pecados, de los que no es culpable y sin embargo sufrirá consecuencias. Se perdona que Rachel McAdams no sepa del todo enamorar la cámara de Malick, porque nunca nadie la ha sacado tan bella.
Paralela a la historia de este romance, está el Padre Quintana, y su matrimonio con Dios.
Él, que no se cansa de repetir que el amor es un deber, no puede evitar sentir que su compromiso católico se desmorona. Nadie es feliz a su alrededor, y siempre es difícil ser el que menos siente, el que ama más fuerte sin recibir nada a cambio.

¿Dios donde está?

Una mujer de las miles de miserables que visita a diario le cuenta que llora porque cree que Dios la ignora cuando reza. Ahí está la respuesta.


'To the Wonder' es un retrato de personas vacías en habitaciones vacías, que buscan llenar esa soledad con algo que merezca la pena. De barrios residenciales donde la felicidad siempre está fuera, y dentro de las casas el amor se agacha anhelando la claridad exterior.
La visión del amor es desoladora: personas que solo sienten algo cuando aman, en el principio cuando todo es más brillante, pero luego la llama se apaga y todo vuelve a la insatisfacción primera. Corazones rotos que se han cansado de ser el juguete de otros, y quieren que se sienta el dolor que los cambió para siempre.

Se intenta cambiar esta dinámica pero nunca se logra del todo, porque seguimos teniendo miedo cuando alguien grita que quiere ser sorprendido y solo se recibe silencio.
La ruina, la tristeza, la crueldad... están en todas partes, donde también se supone que está el bien, pero no somos capaces de ver el último, lo vemos a ráfagas y siempre lo dejamos a un lado.

Es triste pero 'To the Wonder' es una confesión del ser humano para consigo mismo: desprecias lo que tienes y anhelas lo que más tarde no quieres, y solo a mitad de camino de ambos te sientes conectado a algo más grande que tú mismo.

Los últimos planos no son los de personas completas: miradas frágiles y perdidos en llanuras donde vuelven a soñar.

Solo les queda esperar otra oportunidad, para volver de nuevo... para ir hacia la maravilla.

Nota: 9 / 10

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