jueves, 25 de julio de 2013

Lobezno Inmortal (2013), de James Mangold



La pregunta más difícil que tiene que responder 'Lobezno Inmortal' es "¿hace falta otra película de Lobezno?" 

Tras la muy decepcionante 'X-Men Orígenes: Lobezno' y haber madurado bien la saga sin él en 'X-Men: Primera Generación' parece que queda poco espacio para que el mutante de las garras vuelva a sorprender. Pero hete aquí que Hugh Jackman se arma de James Mangold, uno de los arcos más interesantes del personaje y ganas de hacer las cosas diferentes (aunque tampoco mucho). Donde 'Lobezno Inmortal' realmente gana es en su planteamiento: no es tanto otra aventura mutante sino un 'thriller' japonés con un protagonista fuera de lugar. Simplicidad de ambiciones por bandera, en vez de salvar el mundo, la idea es Lobezno salvándose a si mismo de sus demonios personales y su incapacidad de avanzar en un mundo que le ha dejado atrás. La historia se sostiene por, para y según Logan, al que Hugh Jackman ya tiene totalmente pillado el punto, y trata de replantear sus razones para vivir cuando ya se ha quedado sin ellas. Vemos su tormento por la muerte, hace años, de Jean Grey y como eso le privó de cualquier ambición personal, solo esperando el día de su muerte. 


Pero, maldición mutante mediante, no puede morir, se ve obligado a convivir con su tormento día tras día. La idea de configurar a Jean Grey como una conciencia/ángel de la guarda/aviso de muerte es maestra, porque permite atisbar lo solo que se ha quedado en el mundo Logan, y lo difícil que ha sido seguir viviendo cuando él mismo se quitó sus razones para hacerlo. 





Pequeños guiños a la vida de Hombre X que llevaba antes se atisban, pero ahora solo es una bestia, que vive donde las bestias y simpatiza con ellas (maravilloso prólogo en sus silencios). Y en el fondo del barril, el guerrero es llamado a una última batalla. Esa llamada viene por parte de un momento del pasado ya olvidado, que le llevará a un nuevo lugar y nuevas reglas. Otro punto positivo: aislar a Logan en una cultura de la paciencia y del autosacrificio, donde su impulsividad nada puede. 


Consciente de que donde mejor está el personaje es en "padre a su pesar" el film opta por presentar el personaje de Yukio, único enlace con la cultura donde está, como una chiquilla renegada a la que cuidar.
En medio de escaramuzas con la yakuza japonesa, luchas entre clanes y disputas de honor, Logan sigue creciendo: re-aprenderá el valor del afecto curando sus viejas heridas emocionales y se dará cuenta de lo mucho que se ha acostumbrado a no sentir dolor por la vía dura.El problema de tener a un tipo con garras indestructibles que, vaya, CORTAN, es tratado de la manera más efectiva que en todas las películas: luchas brutales y esforzadas, a la vez que no se desaprovecha la ocasión de mostrar el Lobezno más brutal que todos conocemos. (Esta película va a ganar mucho con un montaje más sangriento).



Aunque las mejores luchas son aquellas en las que está en juego más que una vida: me parece un verdadero puñetazo en la mesa colar en tu 'blockbuster' veraniego una escena tan bien fotografiada y significativa como la lucha con Shingen. Garras VS Acero Samurai, la lucha más elemental. Puede decirse, en ese sentido, que el clímax final no responde a las expectativas de la aventura elegante y relativamente sutil que llevábamos viendo hasta el momento. Al incoherente personaje de Will Yun Lee se suma Víbora (la cual parece pertenecer a una película totalmente distinta) y encima revelaciones 'over the top' que amenazan con ahogar todo lo logrado. Pero James Mangold tiene el suficiente buen gusto como para dejarnos noqueados al final con la renuncia más dura: la que debemos hacer en aras de seguir adelante, aun a costa de dejar parte de nuestro corazón atrás. Solo por eso, el tercer acto pasa de ser un lío creciente a ser buena acción y semi-coherente desenlace.

Lobezno queda redimido, de sus pecados y a los ojos del público.
Que su, a priori, "escala pequeña" no os engañe: es loable hacer una historia de pérdida y redención en forma de confrontación de dos culturas y personalidades.Pero si encima el destino de ello es asomarse un poco más al pozo de dolor del mutante con garras de adamantium, el aplauso es obligado.


P.D: La escena post-créditos está bien para saber que nos traerán los días del futuro pasado... pero hubiera estado mejor dejar esto como una historia enteramente de Lobezno.

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